¿Cuál es el desafío?
Ir de camping y pasar la noche sólo.
¿De qué tienes miedo y por qué?
A que venga una especie de Freddy Krueger y me abra en canal en mitad de la noche.
A que venga un animal grande y peludo y me abra en canal, como Freddy.
La oscuridad y la sensación de soledad.
Todos estos miedos son temores pasados frutos de algunas experiencias
¿Qué tal ha ido la experiencia?
Durante el viaje que hice desde Sevilla a Barcelona (y que puedes ver aquí) en bicicleta pasé noches muy diferentes y en topografías distintas.
En una de ellas tocó sacar la tienda que compré por 20€, montarla y dormir en ella. Pero antes del descanso tocaba disfrutar de las pocas horas de luz que me quedaban tras más de 65km de pedaleo polvoriento.
A escasos kilómetros de la ciudad de Jaén encontré una zona idónea y rodeada de naturaleza para hacerme la cena, asearme y poder descansar para la jornada del día siguiente.
No era el lugar más aislado del planeta, justo al lado había un bar. Pero tras ese local no había nada a bastantes kilómetros de distancia.
La experiencia, como todas las que estoy viviendo, ha sido mágica. Todos los temores que tenía no puedo decir que hayan desaparecido, pero se han reducido hasta tal punto que tengo muchas ganas de volver a acampar en otros lugares.
Y eso me hace estar muy bien. Me doy cuenta de que las cosas que más nos gustan se encuentran detrás de lo que mas tememos.
Al parecer, el lugar en el que estaba pertenecía a alguien y casualmente era el propietario de un bar que seguía abierto. Le pedí permiso para poder abrir la tienda, y muy amablemente aceptó mi petición.
La cena y la ducha que me metí en mitad de la naturaleza no tiene palabras.
Lo que sí tiene descripción fue la noche que pasé: Jodida, bien jodida.
Y es que, a medida que me acercaba a Jaén, la alergia iba achacándome y era tremendamente difícil avanzar y por supuesto descansar.
Soy alérgico al olivo. Y no me acordaba de esto ya que no he vivido en sitios con olivos. Pero mientras permanecía cerca de Jaén me acordaba hasta de la buena de mi madre.
Y la noche de la acampada la alergia empeoró. Aún así conseguí descansar algunas horas.
No obstante, lo peor estaba por venir al día siguiente. Ya en la ciudad jienense tuve que ir de urgencia al hospital porque me costaba respirar.
Terminé ingresado unas horas y a partir de ahí tuve tenía que decidir si continuar la marcha ciclista o retroceder.
Pero eso es otra historia.
La mayoría de los temores durante la noche desaparecieron o su presencia era tan baja que ni siquiera pensaba en ellos. Ahora me siento más fuerte que nunca para volver a hacer camping en cualquier lugar.
Y tú ¿has acampado en algún recóndito lugar? 😄
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