Algunas pistas que denotan la capacidad de poder desarrollar múltiples potencias son:
– La intensa curiosidad por temas no relacionados es una de las características más básicas de un multipotencial. (en mi caso, mis intereses son: El mundo emprendedor, las causas justas, las aventuras, el crecimiento personal, el baile, el canto, el humor/entretenimiento, las artes marciales, la actuación, las acrobacias, la psicología…)
– Las personas multipotenciales a menudo se describen a sí mismos como irremediablemente interesados en todo (aunque veremos que esto no es así mediante algunos ejercicios).
– No quieren especializarse en ninguna de las cosas que aman porque significa renunciar a todo el resto.
– Necesidad incesante de «saltar» de un tema a otro. Pueden estar sumergidos en un tema, pero tarde o temprano tendrán una incesante necesidad de pasar a otro tema por el que interesarse. Podrán volver o no al tema que dejaron aparcado, pero esa decisión es individual.
– Una persona multipotencial es curiosa porque está genéticamente programada para explotar todo lo que te interesa. Es tu naturaleza, si la ignoras, siempre estarás insatisfecho/a. Es una forma completamente nueva de pensar.
En la actualidad parte del mundo no ve el comportamiento de un multipotencial como admirable o aceptable. Mas bien, como personas que van de un lado a otro, como que parece que no van a «sentar la cabeza». Posiblemente porque desconocen el término multipotencial, al igual que yo, hasta hace bien poco.
Pero, no siempre fue así.
Una habilidad valorada que cambió en 1950
Somos víctimas de un cambio de moda en la historia.
En plena Guerra Fría y con la famosa guerra de las galaxias entre EEUU y la URSS, el hecho de que los rusos comenzasen a la vanguardia enviando el primer satélite al espacio, los americanos entraron en shock y gran parte de los recursos del país se destinaron al campo de la ciencia y la tecnología.
Tanto fue así que las facultades universitarias se convirtieron en centros de formación especializados (abundaban las carreras relacionadas con la ciencia, industria y tecnología) y disminuyeron muchas otras disciplinas con las que sería difícil aplicar el conocimiento adquirido para llegar a la luna.
Se fomentaba el pensamiento especialista, igualmente necesario en la sociedad, pero se englobaron a todas las personas como personas especialistas cuando una parte de la población, en su propia naturaleza, le es prácticamente imposible elegir una especialidad.
Ese paradigma hizo que a las personas multipotenciales se les dejara de considerar personas renacentistas. Y, de la noche a la mañana, eran vistas como personas irresponsables, tontas o inservibles.
Casi todos en nuestra sociedad consideramos que las personas multipotenciales están haciendo algo malo. Incluso los propios multipotenciales han adoptado ese tipo de pensamiento.
Es fundamental que nunca olvidemos que durante la mayor parte de la historia de la humanidad, una persona con una amplia gama de conocimientos y habilidades ha sido muy bien valorada.
Corren nuevos tiempos, las empresas se dan cuenta del perfil multipotencial y aparecen nuevas personas que alzan la voz. E
Comenzamos a ver que el término multipotencial renace y poco a poco la balanza entre especialistas y generalistas vuelve a equilibrarse.
Nuestro propio prejuicio comienza a entender que hay personas con múltiples potencias e intereses y reclaman esa forma de comportamiento.
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